Introducción

Antes de empezar he aquí una muestra de cómo las canciones son un instrumento de lucha ideológica. En este momento en el que la economía y las decisiones políticas influyen notablemente en la vida contidiana de las personas, se encuentran ejemplos de canciones que se retoman para expresar un mismo sentimiento de desaprobación. Con ellas, en el lugar y momento adecuados, se expresa de forma rotunda el rechazo contra situaciones con las que la sociedad parece que ya no tiene más armas.
Sin embargo,  la palabra y la música combinadas y hechas canción parecen tener siempre la razón.

El primer ejemplo data del 2012  y se trata de la canción a la que hacemos referencia en el prólogo del libro: “Grandôla Vila Morena”, una canción que representa la lucha por la libertad y que marcó el fin de la dictadura militar en Portugal.


 


El segundo ejemplo se ha producido hace unos días en Madrid, en el Congreso de los Diputados y se parece bastante al anterior. Se procedía a la exposición y aprobación de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana. Justo antes de la intervención del diputado un grupo de cantantes de un coro madrileño interrumpen la sesion cantando una de las canciones emblemáticas del musical Los Miserables . Un musical inspirado en la novela de Victor Hugo del mismo nombre publicada en 1862, estrenado en los años ochenta en París y cuyo éxito no ha cesado desde entonces. La canción se titula precisamente "Canción del pueblo" y dice así,

 " (...) Canta el pueblo su canción, nada la puede detener, 
esta es la música del pueblo que no se deja someter (...)
 Canta el pueblo su canción para ganar la libertad, 
esta es la música del pueblo que dejó la oscuridad. 
Los vencidos vencerán a su miseria y su dolor. 
Hasta en la noche más oscura sale el sol (...)"

Aquí están las imágenes del congreso y a continuación te dejo la canción entera para que la escuches y la disfrutes, pertenece a la versión española del musical que tanto éxito tuvo también en España.










El tercer ejemplo se produjo en Roma, en un concierto de la ópera de Verdi Nabucco al que asistió Berlusconi, el entonces presidente de la República que esa misma mañanas había anunciado un recorte del 30% en los presupuestos destinado a la cultura. Al terminar el "Va pensiero", una canción con gran significado histórico y político en Italia, el público aplaudió entre abucheos dirigidos a Berlusconi.  

El director de la ópera, Ricardo Muti, un hombre serio y taciturno, ante la petición del bis por parte del público, toma la palabra lamentándose de las decisiones políticas con  respecto a la cultura y expresando su pesar por la falta de interés del gobierno con respecto al patrimonio cultural italiano. Finalmente, pide al público que acompañe al coro cantando todos juntos "Oh mi patria, tan bella y perdida". Unas palabras que cobran un nuevo significado y cuyo eco se convierte en una firme crítica contra el presidente allí presente. 

Sin duda, emocionante. 











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